Se trata de una técnica de
laboratorio que fue diseñada por científicos suecos y holandeses en 1971, que
permite detectar pequeñas partículas llamadas antígenos, que habitualmente son
fragmentos de proteínas. La identificación es específica, es decir, consigue
que pequeños segmentos de proteínas destaquen y no puedan ser confundidas con
otras.
Para poder identificar los
antígenos se utilizan moléculas con dos componentes acoplados: un anticuerpo
(que se une al antígeno de forma específica) y una enzima (que se activa y
señala la unión al antígeno). Antes del descubrimiento del ELISA se utilizaban
moléculas radioactivas en vez de enzimas, lo que suponía un riesgo añadido
innecesario en el laboratorio y un mayor coste.
Gracias a esta técnica se han
podido realizar estudios científicos en campos como la biología, la bioquímica
y la medicina. En el hospital se utiliza principalmente para identificar
gérmenes agresores que se encuentran en la sangre, orina, esputos, etcétera. La
técnica pronto se generalizó con el empleo de equipos simples y muy baratos que
se utilizan todavía hoy en muchos centros diagnósticos de todo el mundo.
Los diferentes tipos de ELISA
son:
ELISA directo: es la forma más
básica de realizar la técnica. Consiste en recoger una muestra a estudiar y
ponerla en un pocillo (un recipiente pequeño) en frente de una muestra igual
pero contaminada con el germen a estudiar, y otra muestra en la que se sabe que
no hay germen. Se aplica el anticuerpo con la enzima en los tres pozos y se
compara la muestra a estudio con las otras dos.
ELISA indirecto: se realiza de
forma similar al ELISA directo, pero en este caso se añade primero un
anticuerpo sin enzima y después uno con enzima. De esa forma, la señal que
emite el enzima es mucho más potente y la prueba es más sensible.
ELISA sándwich: en este caso en
los pocillos primero se añade un anticuerpo y después la muestra, para que los
antígenos queden ya retenidos en el fondo del pozo. Después se añade el
anticuerpo con la enzima. Es la forma más eficaz de realizar la prueba.
ELISPOT: se trata de un tipo de
ELISA que permite conocer de forma cuantitativa el antígeno, incluso identifica
el número concreto de células donde se encuentra.
Cuándo se hace un ELISA?
Se recomienda realizar un ELISA
en todas las situaciones en las que se quieran detectar antígenos cuya
existencia pueda ser determinante para un diagnóstico o para establecer
conclusiones en un estudio científico. Algunas de las situaciones más
frecuentes donde se usa el ELISA son:
Diagnóstico de VIH: es la
primera prueba que se realiza para descartar una infección por VIH. Se trata de
una prueba muy sensible, así que prácticamente detecta todos los casos. Sin
embargo, puede dar falsos positivos, por lo que se suele repetir de nuevo un
ELISA y se confirma con un Western-Blot.
Detección de anticuerpos contra
microorganismos: a veces el antígeno a estudiar puede ser otro anticuerpo. Esta
situación se da, por ejemplo, en la identificación de anticuerpos contra el
bacilo de la tuberculosis, entre otros.
Diagnóstico de hepatitis B: Al
igual que con el VIH, el virus de la hepatitis B puede ser reconocido
fácilmente mediante un ELISA en sangre.
Detección de gérmenes en heces:
ciertos virus pueden detectarse en las heces cuando provocan diarreas; los más
frecuentes son los rotavirus. A veces no se detecta al propio germen, sino que
se pueden identificar toxinas que produce el mismo, como sucede con el E. coli
Detección de antígenos en orina:
es una prueba muy útil y sencilla para identificar gérmenes causantes de
neumonías. En las infecciones respiratorias las bacterias pasan a la sangre y
de ahí a la orina, por lo que se pueden identificar antígenos fácilmente con un
ELISA, que orienta el tratamiento antibiótico directamente.
http://www.webconsultas.com/pruebas-medicas/cuando-se-hace-un-elisa-13696
me parece un blog muy interesante. los conceptos son claro precisos y precisos.
ResponderEliminarexcelente blog.
LO RECOMIENDO!!